martes, 28 de agosto de 2007



…Esa fémina seguía buscando su estrella, corría y corría queriendo tocarla, pero se hacia tan difícil como ver la coloración del viento, sazonarlo o acariciarlo…

Un día, mientras oía a una madura mujer hablar, sintió que estaba terriblemente equivocada al correr desaforada tras aquella estrella en el firmamento… Sin vacilar interrumpe a tan sabia mujer y pregunta…

Fémina: ¿A caso mi corazón es esa estrella?.
Mujer: No sólo el corazón forma parte de tu estrella, también la esperanza que tengas en encontrarla para utilizarla con júbilo y humildad.

…La pequeña fémina sembró silencio y se conecto con su yo más íntimo… Ese día se prometió así misma dejar de correr tras la bendita providencia, y mirar hacia su alma, donde siempre había estado la añorada FIGURA ILUMINADA.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si miras la estrella al bajar un hueco deja y te ilumina… Aún cuando está de noche o sombrío (como quieras llamarlo)… estás brillando con pureza y muchas veces con frialdad… lo importante de tu escrito, es que te das cuanta que para todo hay tiempo… y si lo haces con calma podrás disfrutarlo con más ganas…
Tu camino estará llena de flores, pastos verdes, y tu cielo con nuestro Dios… Orgulloso de ti.

Tu mirar, al tocar, al besar, cuando ríes, cuando lloras, cuando suspiras… en todo se ve luz… Eso es admirable!.


PD: Lindo espacio... Este es otro de muchos comienzos... =D