jueves, 4 de octubre de 2007
¿Sabes?, nunca, durante los últimos 14 años la habías abrazado con tal felicidad, fuerza y descontrol… tus palabras en su oído la llevaron a esos remotos estremecimientos que sintió alguna vez, cuando era una niña y revisaba tus bolsillos con ingenuidad e interés.
Tu emoción era inmensa, tanto, que tu cara tomó un tono más pálido y tu euforia se reflejaba a viva luz… y ¿Cómo No?, si el sueño se veía tan cerca, la esperanza estaba en tu mano… todo estaba allí, en ese momento, cuando con júbilo miraban ciegos y gritaban como queriendo desfallecer.
Nunca va a olvidar tus expresiones, tus ansias por construir castillos, tu necesidad de ser libre y sentirte grato por tan solo unos minutos… Luego… todo se volvió gris. Miraron nuevamente, había sido una equivocación, un tanto burda, despiadada… y vio como tu rostro de hombre desilusionado retornaba a su aposento… Quedo desconsuelo quizá… pero ella siempre dice, te dice: “Todo llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser, será y pasará naturalmente”. (Fragmento de “No estás Deprimido, estás distraído”)
… La noche fue incomparable, apreció por primera vez tus palpitaciones, el calor en su oído y esas palabras que quedarán impregnadas esperando otro momento similar…
Te ama.
Ella; la niña, la llama de tu corazón… TE AMA.
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