miércoles, 5 de septiembre de 2007


Llegue… Me esperabas junto a ellos. Aún puedo recordar cuando se abrieron tus ojos, mostrando una inmensidad tan profunda tan cómplice…

… Y ellos me hablaron como si me conocieran desde siempre, como si tú hubieses preparado todo para mi llegada.

Había alguien más, uno al que yo no ubicaba; uno que era tu mayor verdugo y rivalidad… Bajabas la mirada… habían pausas, pero luego volvías a levantar tu vista al cielo…y actuabas pensando que no ocurría nada. Era frustrante verte así, me parecía triste que desfallecieras por una imagen que evidentemente era ajena, invisible, deplorable, que no terminaba de dimensionar la maravillosa persona que eras.

…Mi consuelo era estar contigo en ese momento, ¡Tu consuelo!… Que fuese sólo un sueño mío…


“Es hielo abrazador, es fuego helado.
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso, muy cansado”

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